La frecuencia cardíaca se entiende como el número de movimientos o contracciones que cada minuto experimenta el corazón. Se debe tener un control al respecto, para así precisar qué ejercicios son los adecuados para nosotros.
Hay que tener en cuenta, la diferencia entre una persona sedentaria, y una deportista. Para el segundo caso, la frecuencia cardíaca es más baja, bien sea en reposo o en actividad como ejercicios. Es decir que, mientras más aumentemos el nivel de nuestro entrenamiento podemos conseguir reducir los registros de frecuencia cardíaca.
¿Qué es la bradicardia, y por qué se presenta habitualmente en los atletas o deportistas?
Seguramente, has oído hablar del término bradicardia. Se refiere a los movimientos cardíacos más lentos, en relación a la media (por debajo de las 60 pulsaciones por minuto en estado de reposo). En cambio, la persona en sedentarismo mantiene su media habitual entre 60 y 100 pulsaciones por minuto ¿Por qué pasa esto?
Es normal para los deportistas este descenso en la frecuencia cardíaca o pulsaciones, se deben a las exigencias y a la cantidad de ejercicio que realice, siendo una anomalía asintomática. Porque, aunque el deportista la padece no la siente así que también es un tanto complicado realizarle un diagnóstico. Así que, si usted practica deportes de manera intensa, deberá realizarse análisis como pruebas de esfuerzo de manera imprescindible.
Sin embargo, la bradicardia es una forma de arritmia, y esta como cualquier otro de los trastornos de la misma podría conllevar a presentar mareos, palpitaciones y también incluso dolor en la región del pecho, siendo la fatiga uno de los síntomas principales de la dolencia.
En lo referente a la medición de la variabilidad de la frecuencia cardíaca, con tan solo cinco minutos al respetar, se considera es un medio válido para monitorizar él estado de equilibro parasimpático de los atletas, previo a entrar en una competición como también una sesión de entrenamiento.
Tenemos así que, al comenzar la recuperación, posterior al ejercicio, el mismo periodo será de igual manera eficaz para ahondar en la actividad autonomía, ya que se podrá diferenciar distintos niveles de actividad autonómica.
¿Cuándo la frecuencia cardíaca de un atleta es baja?
Esto se refiere a todos aquellos cambios fisiológicos que se van a producir en el deportista, luego que realice vigorosos ejercicios aeróbicos. Pueden ser ciclismo de densidad alta, correr, nadar y también aquellos deportistas que realizan entrenamientos de intensidad baja, como por ejemplo, el levantamiento de pesas.
La frecuencia cardíaca de un atleta es baja cuando se realiza el entrenamiento, lo que hace que las paredes del corazón se engrosen y por lo tanto, el corazón pueda bombear una cantidad mucho más grande de sangre en cada latido. Ocurre habitualmente en los deportistas de élite o alto rendimiento que experimentan arritmias.
Esto como se dijo anteriormente es absolutamente normal en los deportistas. E incluso el latido del corazón de una persona atlera puede tener movimientos cardíacos irregulares aun cuando este se encuentre en reposo.
¿Qué significa tener frecuencia cardíaca baja?
Implica un descenso en las contracciones o movimientos voluntarios emitidos por el corazón cada minuto. Tener una frecuencia cardíaca baja siendo atleta significa que nuestras paredes del corazón ya se han engrosado debido a la cantidad de entrenamiento realizado diariamente.
Pese a que es benigno, los deportistas requieren evaluaciones específicas frecuentes para precisar la salud del sistema cardiovascular. Por ejemplo las pruebas de esfuerzo. Que van a permitir que el cardiólogo evalúe la resistencia del músculo cardíaco, en cuanto el deportista inicia alguna actividad.
¿Qué pasa si la frecuencia cardíaca es menor a 60?
Recordemos que, la frecuencia cardíaca en estado de reposo o de actividad en un atleta siempre va a ser baja, ya que es algo típico de su estado físico, esto en comparación con la población en general.
Para un atleta joven, e incluso si es completamente sano y saludable, se puede ver que su frecuencia cardiaca es de 30 a 40 latidos por minuto, no representando ningún riesgo. Y se debe probablemente a que el ejercicio fortalece de tal forma el corazón que le permite que el bombeo de sangre sea en mayor cantidad en cada latido.
¿Cuáles son las pulsaciones de un deportista?
Nuestro corazón es una máquina que permite el bombeo de sangre, conduciéndola a todo nuestro cuerpo y haciendo que los sistemas funcionen de manera correcta. La sangre bombeada suministra el oxígeno y los nutrientes necesarios para que nuestro cuerpo este sano y funcional. Por lo que se considera una maquina perfecta, la más perfecta incluso de nuestro organismo.
La frecuencia cardiaca para una persona que es considerada sedentaria y que por lo tanto no realiza ningún tipo de ejercicio de carácter físico, puede estar en un rango de entre 75 y 80 pulsaciones por minuto y en estado de reposo puede aumentar un poco.
Pero, si este individuo comienza la práctica de algún ejercicio físico, entonces su frecuencia cardíaca podría aumentar incluso hasta las 190 pulsaciones por minuto.
Veamos lo siguiente, acá hay una diferencia entre alguien que recién inicia una práctica deportiva y un atleta de alto rendimiento. Que ya con la práctica y el tiempo desarrolla un músculo cardíaco considerado diferente en grosor y en cuanto a cantidad de bombeo de sangre. Y que mantendría entonces una cantidad baja de latidos por minuto.
Frecuencia cardíaca de un corazón entrenado:
60 latidos por minuto x 60 = 3.600 por hora.
3.600 latidos por hora x 24 = 86.400 por día.
86.400 latidos por día x 365 = 31.536.000 por año.
Frecuencia cardíaca de un corazón no entrenado:
80 latidos por minuto x 60 = 4.800 por hora.
4.800 latidos por hora x 24 = 115.200 por día.
115.200 latidos por día x 365 = 42.048.000 por año.
La práctica de algún deporte de modo habitual es considerado algo bueno, e indicador de buena salud física pero debemos estar en constante monitoreo de nuestro organismo. Realizar análisis de manera regular para que los expertos nos indiquen si es recomendable darle al músculo cardíaco esa carga de esfuerzo físico.
