A pesar de que esta enfermedad pueda sobrellevarse sin mayores complicaciones en algunas situaciones, su presencia incrementa las probabilidades de sufrir accidentes letales a nivel cerebrovascular y cardiaco. Parte de nuestra responsabilidad como pacientes consiste en conocer las principales causas de riesgo de la taquicardia y la manera correcta de tratar con este inusual aumento de la frecuencia cardiaca.
¿Qué es la taquicardia?
Se considera que una persona sufre de taquicardia cuando su ritmo cardiaco supera los 100 latidos por minuto. Cuando la aceleración de los latidos tiene como origen el esfuerzo físico, el estrés o la excitación, normalmente suele estar relacionado con una mejora del rendimiento del corazón.
No obstante, la aceleración provocada por la taquicardia no es el caso, ya que provoca que el bombeo de sangre sea tanto que se obtiene un resultado contrario. En lugar de aumentar el rendimiento cardiaco, lo reduce, debido a que los ventrículos se llenan con demasiada sangre.
Un aspecto interesante a la hora de estudiar la evolución de una taquicardia, es que pueden presentarse de diferentes maneras. Una de ellas es conocida como taquicardia auricular, debido a que ocurre en las cavidades superiores del corazón, llamadas aurículas. No es usual que este tipo de taquicardia implique un riesgo mortal para las personas, aunque si las hace más propensas a desarrollar complicaciones cerebrovasculares.
Por otro lado, si la arritmia ocurre a nivel de las cavidades inferiores del corazón, se le considera taquicardia ventricular. A diferencia de la primera, en la mayoría de los casos, los pacientes pueden sufrir de ataques cardiacos. Esto se debe a que el corazón no es capaz de bombear sangre por la intensa y desordenada actividad eléctrica de las células. La taquicardia ventricular es una de las principales causas de muerte súbita cardiaca.
Síntomas de la taquicardia
Dependiendo de las circunstancias, los pacientes pueden sufrir arritmias inexplicables y sin antecedentes, pero sin ningún otro síntoma adicional al aumento de las pulsaciones. Normalmente esta enfermedad es más fácil de detectar, aunque nunca está de más visitar a tu cardiólogo para un estudio de la salud de tu corazón. En cualquier caso, hay que estar atento a los siguientes síntomas de la taquicardia:
- Dolor pectoral.
- Disminución de la presión arterial.
- Palpitaciones irregulares.
- Sensación de mareo, aturdimiento, vértigo o confusión.
- Dificultad para respirar.
- Desmayos.
- Sensación de debilidad repentina.
Causas de la taquicardia
Los impulsos eléctricos relacionados con el control de los latidos del corazón pueden verse alterados por medicamentos, sustancias o situaciones. No obstante, en ciertos casos, a los médicos se les dificulta encontrar la causa real de una taquicardia.
- Consumo de drogas.
- Tener hipertensión.
- Consumo de bebidas alcohólicas.
- Historia o propensión a una enfermedad cardiaca.
- Consumo de tabaco.
- Desequilibrio en los niveles de electrolitos.
- Hiperactividad en una glándula tiroidea.
- Tener alguna enfermedad pulmonar.
¿Cómo evitar los riesgos de una taquicardia?
La mejor forma de combatir los efectos de la taquicardia es conocer los factores de riesgo y la posibilidad que tenemos de sufrirla. Sin embargo, no en todos los casos es prevenible, por lo que podemos optar por alternativas de control eficientes durante una arritmia de este tipo. A continuación, te mostraremos algunas que debes considerar:
- Medicamentos antiarrítmicos.
- Desfibrilador cardioversor implantable o DCI instalado en el pecho con el fin de restablecer el ritmo.
- Cirugía para eliminar tejido afectado y crear tejido cicatrizante.
- Warfarina para disminuir el riesgo de infarto o accidente cerebrovascular.
¿Cuál es el tratamiento recomendado?
Existen diversas alternativas como tratamiento de la taquicardia que buscan adaptarse a las distintas causas que le han dado origen. Asimismo, el objetivo es considerar también condiciones específicas del paciente, tales como la edad y el estado de salud. Lo ideal es que el médico encargado encuentre la manera de predecir los episodios, mientras reduce el riesgo de complicaciones. Para ralentizar los latidos del corazón, se puede aplicar lo siguiente:
- Maniobras para regular el nervio vagal.
- Fármacos arrítmicos recetados por el cardiólogo.
- Administración de descargas eléctricas al corazón.
Factores de riesgo
Si aún no se te ha diagnosticado esta enfermedad, quizás sea necesario visitar a tu médico para una revisión de rutina. Recuerda que mientras más cumplas con los factores de riesgo de la taquicardia, mayores son las probabilidades de que tu caso empeore. A continuación, te mostraremos el perfil propenso a esta enfermedad.
- Propensión genética.
- Tener más de 60 años.
- Sufrir de ansiedad.
- Exposición constante al estrés.
- Consumo excesivo de drogas, tabaco o alcohol.
- Tener la presión arterial alta.