Actualmente, la rutina, el trabajo y el ritmo diario implica una vida rápida y agitada, llena de conflictos a la hora de llevar una vida saludable, comer sano ya no es la probabilidad, pero ¿Qué relación existe entre la alimentación y la salud cardiovascular?
La comida rápida, la comida congelada con pocos valores nutricionales y alto contenido de grasas saturadas y colesterol está a la facilidad de una llamada, el cansancio y hábitos como el sedentarismo conlleva a problemas a corto, plazo pero muy graves a largo plazo. Las afecciones cardíacas son el resultado de muchos de estos hábitos.
Pero por otra parte un estilo de vida saludable sería la solución para lograr reducir en gran medida el desarrollo de los problemas cardiacos, se han realizado estudios donde se demuestra que pueden lograr reducir hasta el 80% de los accidentes cardiovasculares.
Una buena alimentación actúa de manera directa sobre el corazón, con ello se disminuye significativamente el riesgo de tener algún padecimiento de enfermedades cardiacas, tomando en cuenta que son la primera causa de muerte en algunos países.
Es por ello que los cardiólogos destacan la importancia de prevenir todos los factores de riesgo, los cuales pueden llegar a propiciar el desarrollo de algunas de las patologías a nivel cardiaco a través de hábitos diarios y de una manera mucho más sana.
No es un secreto para nadie que mantener un estilo de vida saludable podría evitar de manera efectiva al menos en un alto porcentaje las tendencias a sufrir de un infarto u otro accidente de nivel cardiovascular con severas consecuencias para el desarrollo diario y cotidiano de quien las padezca.
Factores de riesgo
Los especialista siempre a través del estudio de distintas patologías cardiacas llegan a la conclusión que la prevención de los factores de riesgos son esenciales, puedes existen factores que agregan preocupación cómo;
- La edad.
- La genética.
- El género sexual.
Estos factores que intervienen de manera directa no son controlables por los especialistas. Por ello están así abiertas las distintas especializaciones cardiacas para prevenir los problemas y fomentar la vida sana, entre estas prácticas objetivas se fomentan;
- Los chequeos médicos, que pueden realizarse a cualquier edad y a cualquier persona que así lo solicite.
- La atención médica, debe ser de primera mano y personalizada, sobre todo en aquellas personas que tengan un mayor riesgo de sufrir algún padecimiento cardiaco.
- Se estipula un seguimiento de manera clínica, para aquellos pacientes que tienen un mayor riesgo cuya clasificación entre dentro de un renglón de edad determinada.
A resumidas cuentas lo que se busca es controlar y prevenir los factores de riesgo y minimizar las causas de accidentes cardiovasculares. En este sentido definen los especialistas al riesgo como la probabilidad de que un suceso ocurra en un plazo determinado y concreto.
En la salud cardiaca esto se traduce como el poder saber cuántas posibles causas y probabilidades tiene un paciente de padecer ciertas patologías a nivel cardiaco en un tiempo determinado, basados en sus actividades físicas, y sus hábitos de vida.
Claro está que los llamados factores de riesgo van a aumentar las posibilidades de sufrir de anomalías del corazón, basados en el conocimiento de los expertos algunas de estas son;
- La hipertensión arterial.
- El tabaquismo.
- Niveles elevados de colesterol.
- La obesidad.
- La poca o nula actividad física.
- Los trastornos del sueño.
- La exposición prolongada a niveles de contaminación
- La mala alimentación.
Ante todo este panorama será imprescindible el seguimiento de manera clínica, porque a todo lo antes expuesto se debe sumar el riesgo según el tipo de población y sus características específicas.
Un estilo de vida sano, comer sanamente
Llevar un estilo de vida sano ante una agenda apretada da la impresión de ser imposible, la verdad es que no lo es. Una vida sana solo son un conjunto de comportamientos o una combinación de actitudes cotidianas, para mantener la mente y el cuerpo en una forma adecuada, esto en sentido a lo relacionado a la salud a nivel mental, la alimentación, la actividad física, la prevención y el cuidado ante el trabajo y sus exigencias y la armonía con el medio ambiente y la actividad social.
Elegir mayor cantidad de vegetales y alimentos con granos integrales y proteínas saludables a su vez comer menos azúcares agregados, calorías y grasas saturadas o no saludables.
Por ello los especialistas afirman que existe una serie de hábitos de fácil acción los cuales son necesarios para llevar una vida saludable.
Hábitos alimenticios para una vida saludable
Tomar la decisión de ejercer un cambio en la vida es lo primordial para que este se dé sin problemas, además que sea de fácil aceptación y aún más importante de rápida adaptación. Será necesario para ello: Mantener una alimentación sana.
Esta debe estar equilibrada, adecuada para cada edad. Se deben recibir las comidas del día, básicas incluyendo las dos meriendas, lo que hará que el organismo obtenga la vitalidad necesaria.
Para ello las frutas y los vegetales deben tener una gran aceptación a la hora de servir sus comidas, se aconseja que el 80% de las porciones diarias sea de vegetales, cereales integrales y frutas.
Además el consumo de productos diariamente sin grasa o con un contenido muy bajo en ellas, este tipo de alimentos incluye;
- Leche.
- Leche de soja.
- Quejo.
- Yogurt.
- Aves sin piel.
- Carnes magras.
- Frijoles.
- Huevos.
- Frutos secos sin sal.
Entre los cereales integrales destacan;
- Salvado.
- Avena Integral.
- Harina de avena.
- Maíz de grano entero.
- Arroz integral.
- Arroz salvaje.
- Centeno entero.
- Cebada de grano entero.
- Alforfón.
- Burgol.
- Mijo.
- Sorgo.
Evitar el consumo de alimentos como las grasas saturadas, por ejemplo;
- La pizza.
- El helado.
- El pollo frito.
- Tortas.
- Tocino.
- Galletas.
Básicamente al decidir tomar las riendas correctas de la alimentación se deben conocer los contenidos grasos de los alimentos, limitar este consumo a menos de;
- 10% de las calorías de grasas saturadas, al día.
- Menos de 300 miligramos de colesterol, al día.
- Menos de 2,300 miligramos de sodio, la día.
- Menos de 4,500 miligramos de azucares refinadas, al día.
- Practicar ejercicio físico.
- Dormir bien.
- Evitar el tabaco y el alcohol.
- Mantener un bienestar a nivel emocional.
Por ello llevar un estilo de vida sano que otorgue beneficios a nivel de la salud, no debe ser considerado un problema, ni tomado a la ligera, primordial será, incluir a las nuevas generaciones y a este estilo, con ello la armonía de la adaptación de los sistemas básicos de su vida, elaborar un plan de alimentación que se adapte a las necesidades es la prioridad, la buena salud la necesitamos todos.