La apoplejía se entiende como un accidente cerebrovascular o ataque cerebral que puede ocasionar que el flujo sanguíneo del cerebro se detenga. Cuando esto sucede, las neuronas cerebrales no reciben oxígeno ni nutrientes vitales para su funcionamiento, por lo que en pocos minutos las células cerebrales comienzan a morir.
Esta situación puede ocasionar grandes daños al cerebro, siendo en casos extremos la incapacidad total e incluso la muerte. Por lo tanto, un tratamiento oportuno y en su debido tiempo puede llegar a salvar la vida del individuo afectado y, poder aumentar sus probabilidades de tener una rehabilitación y recuperación exitosa.
No obstante, se destaca que la apoplejía es una patología común, especialmente en personas de la tercera edad. Por lo tanto, conocer sus factores de riesgo y síntomas es esencial.
Factores de riesgos que ocasionan una apoplejía
Existen múltiples factores de riesgo que pueden dar paso a una apoplejía. Entre algunos, se destacan los factores no modificables, los cuales engloban a la población por edad, sexo y antecedente previo de familiares.
Después de los 55 años existe un riesgo mayor de padecer apoplejía y, en medida de cada 10 años que pasen el riesgo aumenta. Además, se trata de una patología con mayor incidencia en hombres que en mujeres. Es importante destacar que si un familiar ha sufrido de apoplejía previamente, la probabilidad de que ocurra se incrementa. No obstante, existen algunos factores que pueden ser modificables.
- Hipertensión: Los trastornos vasculares son la principal incidencia que puede aumentar con la edad. Las cifras normales suelen ubicarse entre 130/80 mmHg. Para prevenir y controlar un aumento de la presión arterial, se debe limitar la ingesta de sal a mínimo 2 gr por día.
- Consumir tabaco: Los cigarrillos poseen un efecto nocivo y tóxico par las arterias y, aunque las personas dejan de fumar, las cifras siempre indican que tienen relación y continúan aumentando.
- Colesterol alto: Las grasas ocasionan un alto nivel de colesterol, y donde las cifras llegan a ser mayores de 200 pueden relacionarse a la aterosclerosis y tener mayor riesgo de sufrir de obstrucciones arteriales. Por lo tanto, es importante que se cuide de las grasas, especialmente las saturadas.
- Sedentarismo: es fundamental caminar como mínimo media hora al día durante los 5 días de la semana.
- Estrés: El estrés también es un factor de gran importancia que debe evitarse para prevenir un ataque cardiovascular.
¿Cómo prevenir apoplejías?
La prevención es mucho más sencilla que el tratamiento luego de que se produce una apoplejía. Por ello, para reducir los riesgos, se recomienda tener en cuenta lo siguiente:
- Conozca los factores de riesgo: Siempre debe comentarle sus dudas acerca de esta patología a su médico de cabecera.
- Realice exámenes frecuentemente: Optar por realizarse un examen al menos una vez al año es esencial. Ya que, si padece de alguna afección, los exámenes podrán corroborarlo y será necesario tomar los medicamentos correspondientes.
- Tenga un estilo de vida saludable: Si sigue una dieta balanceada, baja en sal y grasas, la cual acompañe de actividad física, puede tener menos riesgos de sufrir un ataque vascular.
- Disminuya los niveles de estrés: Cuando el estrés aumenta, la hipertensión arterial y apoplejías aparecen. Por lo tanto, evite el estrés en su vida. Respire profundamente para reducir el estrés y aléjese de los problemas. Una buena rutina de ejercicio puede ayudarle, al igual que tomarse un tiempo para hacer cosas diferentes.
- Consulte sobre la ingesta de aspirinas: Una aspirina por día puede ayudar, pero en algunas personas. Por lo tanto, consulte con su doctor si este procedimiento es beneficioso para usted.
Síntomas o señales de advertencia de una apoplejía
Los síntomas de la apoplejía son fáciles de reconocer y pueden manifestarse muy rápido. Entre las principales señales, se pueden destacar:
- Adormecimiento y debilidad en rostro, piernas o brazos.
- Confusión al hablar o razonar
- Dificultad para ver mediante un ojo o ambos.
- Pérdida del equilibrio y la coordinación.
- Dolor de cabeza repentino y con gran intensidad.
Además, es posible que se pueda reconocer que se sufre de un episodio de apoplejía si se utiliza la técnica de S-H-L, la cual consiste en realizar tres preguntas.
- En la primera, se pedirá SONREIR
- La segunda se le solicita a la persona que HABLE y articule una oración completa
- Por último, debe pedirle que LEVANTE sus brazos al mismo tiempo.
En algunos casos, estas señales pueden durar muy poco tiempo y luego desaparecer. Incluso, se trata de síntomas sumamente débiles que no deben ser ignorados. Por lo tanto, si se encuentra con una persona o usted mismo presenta estas señales, llame inmediatamente a urgencias.
Tratamiento y atención posterior a una apoplejía
Luego de un accidente cerebrovascular, los médicos deben restaurar rápidamente el flujo sanguíneo del cerebro del individuo, esto puede realizarse mediante dos técnicas y debe ser realizado en lapsos menos a 5 horas.
Los tratamientos rápidos y completos ayudan a mejorar las probabilidades de supervivencia, además de reducir en grandes niveles las posibles complicaciones.
Las dos etapas que se llevan a cabo para tratar un accidente cerebrovascular hemorragia se basan en el control del sangrado y reducir la presión que tiene lugar en el cerebro:
- Medicamentos por vía intravenosa: La terapia con tratamientos puede ayudar a eliminar o disolver coágulos en lapsos de 4 a 5 horas, pero debe ser realizado desde el momento que comiencen los síntomas y administrado por vía intravenosa. Cuanto antes sea suministrado el tratamiento, existen más probabilidades de sobrevivir.
- Procedimiento endovascular por emergencia: Los médicos pueden llegar a tratar un accidente cerebrovascular de forma directa con el vaso sanguíneo que se bloquee. Este es uno de los tratamientos más efectivos y con mejores resultados, ya que reduce en gran capacidad los efectos posteriores al accidente isquémico.
Cuando el sangrado en el cerebro se detiene, el tratamiento suele requerir de una atención adecuada para poder absorber correctamente la sangre. Para aliviarse, el procedimiento puede ser similar a cuando un moretón desaparece. Pero, en estos casos es posible que se necesite una cirugía que pueda extraer la sangre y liberar la presión en el cerebro.